viernes, 18 de marzo de 2011

Tintoretto.

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Tintoretto

Su nombre verdadero era Jacopo Comin (Venecia, 29 de septiembre de 1518 - Venecia, 31 de mayo de 1594), fue uno de los grandes pintores de la escuela veneciana y probablemente el último gran pintor del Renacimiento italiano. En su juventud también recibió el apodo de Jacopo Robusti, pues su padre defendió las puertas de Padua frente a las tropas imperiales de una manera bastante vigorosa. Su verdadero apellido, 'Comin' ha sido descubierto recientemente por Miguel Falomir, jefe del departamento de Pintura Italiana del Museo del Prado, Madrid, y se ha hecho público a raíz de la retrospectiva de Tintoretto en el Prado (2007).
Por su fenomenal energía y ahínco a la hora de pintar fue apodado Il Furioso, y su dramático uso de la perspectiva y los especiales efectos de luz hacen de él un precursor del arte barroco. Sus trabajos más famosos son una serie de pinturas sobre la vida de Jesús y la Virgen María en la Scuola di San Rocco de Venecia.

Nació en Venecia,  en 1518; era el mayor de 21 hermanos. Su padre, Giovanni, era un tintorero; de ahí que su hijo tuviera el apodo de Tintoretto, pequeño tintorero, o hijo del tintorero. La familia era originaria de Brescia, una ciudad-estado a unos 170 kilómetros de Venecia. Otros estudios posteriores indican la ciudad toscana de Lucca como origen de la familia.

Alumno de Tiziano aunque no por mucho tiempo, se dice que aprendió de su maestro el arte del color y las sombras. Las relaciones entre Tiziano y Tintoretto fueron distantes a lo largo de su vida, siendo de hecho Tintoretto un admirador profeso y ardiente de la obra de Tiziano, pero nunca un amigo, y Tiziano y sus partidarios le volvieron la espalda. No faltó tampoco una abierta denigración, pero Tintoretto no le prestó atención. No buscó otro maestro, sino que estudió por cuenta propia con celo laborioso; vivió pobremente, coleccionando moldes, bajorrelieves, etc. para practicar con su ayuda.


San Marcos liberando al esclavo


Sentía pasión por los efectos de las luces. Hacía figuras de cera de sus modelos y experimentaba con ellas colocándolas en distintos ángulos para ver el efecto de la luz antes de pintarlos. Como resultado de estas pruebas, algunas figuras aparecen en más de una de sus obras, siempre pintadas con diferente iluminación. A veces tomaba como modelos a muertos diseccionados o estudiados en escuelas de anatomía; algunos estaban envueltos en telas, otros desnudos. Con frecuencia trabajaba tanto por el día como durante la noche. Debido a su trabajo, vivía de la manera más retirada, e incluso cuando no estaba pintando solía permanecer en su taller, rodeado por moldes. Aquí rara vez admitía a nadie, ni siquiera a amigos íntimos, y mantenía sus técnicas de trabajo en secreto, excepto para sus asistentes.


Cristo en el lago Tiberíades

Su estilo inicialmente siguió a Tiziano. Evolucionó a partir de 1540, siendo de tendencia manierista más marcada que los otros dos grandes pintores de la escuela veneciana, Tiziano y Veronés. Es un pintor que pinta con pasión, alcanzando en su plenitud su característica audacia, el dinamismo incansable de su composición, su uso dramático de la luz y sus enfáticos efectos de perspectiva, que hacen que parezca un artista barroco adelantado a su tiempo.
De su admirado Miguel Ángel toma las anatomías y las posturas difíciles, siendo este enérgico modelado del cuerpo una novedad en Venecia. Sus efectos de perspectiva son enfáticas. Pero lo inserta en un marco muy característico de la escuela veneciana: el color, el paisaje y la luz. Esta última cobra singular relevancia en sus últimas obras, usándola de forma dramática.
Tuvo enorme capacidad de trabajo. Ejecutaba una obra tras otra con rapidez, pues acaparaba numerosos encargos.

Baco y Ariadna

La pintura veneciana. Bellini y Carpaccio.

Venecia es sinónimo de arte. Desde siempre, la ciudad de la laguna ha sido un emporio de artistas, mecenas, museos y obras artísticas. Tanto si estudiamos el periodo medieval, como el renacimiento, el barroco o el neoclasicismo, encontramos ejemplos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos muy notables en esta ciudad.La escuela veneciana fue un conjunto de movimientos artísticos, de corte esencialmente pictórico, que se desarrollaron en la región de la República de Venecia, expandiéndose luego al resto de Europa. Sus principales representantes son Vittore Carpaccio y Bellini.



Gentile Bellini fue educado artísticamente bajo el patronazgo de su padre Jacopo Bellini, sus primeros años se desarrollaron al abrigo del taller paterno, de quién fue ayudante al igual que su hermano Giovanni. Junto a ellos trabajó en las decoraciones de la Scuola Grande di San Marco (1466), concluidas ya con Gentile como jefe del negocio familiar pocos años después.
A la muerte de Jacopo, heredó los álbumes de su padre y ejerció la dirección del taller como primogénito que era. Mantuvo el prestigio paterno y fue muy admirado en su tiempo, si bien muchas de sus obras se han perdido. Prueba de ello es el hecho de que el emperador Federico III le nombrara eques (caballero) y comes palatinus (conde palatino) a su paso por Venecia en 1469, después de que Gentile le pintara un retrato. Destacó por sus escenas narrativas y por sus retratos. A partir de 1474 fue el retratista oficial de la Serenísima, encargado de realizar la efigie oficial de los sucesivos dogos. Poco después se le encargaría sustituir con grandes telas los frescos que para la Sala del Maggior Consiglio del Palacio Ducal de Venecia realizaran Gentile da Fabriano y Pisanello setenta años antes y que se encontraban en pésimas condiciones.
Entre 1479 y 1481 viajó a la Corte de Constantinopla, en calidad de emisario de la República de Venecia. Allí también realizó obras para el sultán Mehemet II, interesado en el arte italiano. En la National Gallery de Londres se conserva un retrato del soberano otomano ejecutado por Gentile durante su estancia.
Sus obras más famosas son las grandes telas que realizó para la Scuola di San Giovanni Evangelista: la Procesión de la Religión de la Santa Cruz (1496), el Milagro del Puente de San Lorenzo (1500) y la Curación de Pietro dei Ludovici (1501). El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid posee una gran tabla con el tema de La Anunciación.
Se encuentra enterrado en la Basílica de San Juan y San Pablo de Venecia, todo un honor y muestra del enorme prestigio de que el artista gozó durante toda su carrera, pues dicha iglesia era el lugar tradicional de enterramiento de los dogos de Venecia.
Fueron numerosos sus alumnos y ayudantes de taller: entre ellos figuran Vittore Carpaccio, Marco Marziale y Giovanni Mansueti.
La figura de Gentile Bellini fue notablemente eclipsada ya en vida por la de su padre Jacopo, uno de los primeros pintores en utilizar la pintura al óleo en el ámbito veneciano y, sobre todo, por la brillante figura de su hermano Giovanni, artista de un talento infinitamente superior en versatilidad e inspiración. Gentile representa la facción más conservadora de la escuela pictórica veneciana, apegada a la tradición cuatrocentista, mientras que Giambellino y sus seguidores marcan los derroteros que habían de seguir los nuevos tiempos, que culminarán poco después en figuras como Giorgione y por encima de todos, el gran Tiziano. Sin embargo, la obra de su hermano mayor se ha visto revalorizada como fuente de información histórica. En efecto, podemos ver en sus grandes cuadros oficiales un fidedigno retrato de la sociedad veneciana de su tiempo.
La Anunciación

Procesión de la religión de la Santa Cruz




Vittore Carpaccio, nació en la segunda mitad del siglo XV. Con él se consolidan los rasgos y parámetros fundamentales de la escuela. En sus obras encontramos las calles, plazas y casas, de Venecia, lo mismo que sus característicos canales, unas veces con fidelidad, otras con fantasía. Pero la urbana ya domina su pintura, y con ella sus desfiles, procesiones y demás festividades.

Carpaccio se convertirá durante los últimos años del Quattrocento y primeros del Cinquecento en el decorador favorito de las diferentes "scuolas" de Venecia, congregaciones laicas destinadas a las obras de caridad que rivalizaban entre sí por la decoración de sus sedes. La Historia de la Virgen que pintó para la "Compagnia degli Albanenses" fue realizada en buena parte por ayudantes que disminuyeron la calidad del conjunto; se trata de seis escenas sobre la vida de María observándose aquí la Anunciación. Las figuras están dispuestas en diferentes escenarios: el ángel en el jardín y la Virgen en una estancia del palacio típicamente veneciano, una de cuyas puertas abiertas permite contemplar la cama, aumentándose la perspectiva. En la zona superior izquierda aparece Dios Padre envuelto en una aureola dorada, rodeado de querubines y enviando la paloma del Espíritu Santo. La minuciosidad es una clara referencia al mundo flamenco mientras que la iluminación empleada y la frialdad de las figuras denotan el trabajo del taller.Para la Scuola de Santo Stefano, Carpaccio realizó un ciclo de "tellari" dedicado a la vida de san Esteban. En esta escena el santo está discutiendo con los eruditos orientales en el interior de una logia, mostrándose en primer plano las columnas. Al fondo se desarrolla un complejo estudio de perspectiva arquitectónica y paisajística, incluyendo las figuras en el espacio con sabiduría, eliminando el efecto de telón de fondo de años anteriores. La galería de personajes que escucha la discusión son los miembros de la cofradía, en un alarde retratístico sin parangón. La iluminación empleada refuerza los volúmenes y crea un ambiente placentero, destacando a san Esteban, cuya mirada se dirige al espectador. La intervención de colaboradores será muy limitada en esta serie ya que en esos momentos Carpaccio compite con Tiziano por el puesto oficioso de primer pintor de Venecia, saliendo triunfador éste último, lo que obligó a Vittore a emigrar hacia provincias.
En 1490 los miembros de la Scuola de Santa Úrsula de Venecia encargan a Carpaccio la decoración al lienzo del edificio, realizando el maestro una importante serie de "tellari" dedicados a la vida de Santa Úrsula inspirada en "La Leyenda Dorada" de Santiago de la Vorágine. Siguiendo a Gentile Bellini, Carpaccio traslada la historia de la santa al mundo veneciano, incorporando notas propias tomadas de Antonello da Messina, Alvise Vivarini o Giovanni Bellini, creando un estilo cada vez más personal. La primera escena de la serie narra la partida de los embajadores, inspirada en el mundo veneciano tanto en las arquitecturas como en los ropajes y casi se podría decir que en los rostros o la iluminación. Carpaccio se interesa por la perspectiva a través de los diferentes planos empleados, creando un lugar de fuga con el arco de medio punto. La sensación atmosférica es un importante logro típico de la escuela que más tarde desarrollará Tiziano. El Regreso de los embajadores, el Sueño de Santa Ursula y El rey de Bretaña recibiendo a los embajadores ingleses completan la serie. La vida de santa Úrsula cuenta con cierto aspecto legendario. En el siglo IX se la hace hija de un rey de la isla de Bretaña, enviada a Europa para contraer matrimonio con un príncipe pagano. Tras una peregrinación a Roma con 11.000 vírgenes convertidas al cristianismo, llegó a la ciudad de Colonia, que estaba siendo asediada por los humos. Tras contemplar el martirio y la muerte de sus compañeras, recibió ella también el martirio tras negarse a casarse con el rey de los hunos. Los hechos se supone que ocurrieron en el siglo III, pero en la actualidad su nombre no aparece en el santoral oficial por los problemas históricos que presenta su biografía.